martes, 8 de marzo de 2016

Unidas, juntas y revueltas...


Pinto, en femenino

Como ya sabéis, hoy 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer y, curiosamente, mientas preparaba este post un hombre me planteó la siguiente pregunta: ¿Por qué no hay un Día Internacional del Hombre? La propia Katherine Hepburn le habría comentado; “¡Siendo en el mundo de hoy mucho más dura la condición de las mujeres que la de los hombres, me indigno cada vez que oigo a uno quejarse de todo!” Bromas a parte, parece ser que si hay un Día Internacional del Hombre, y se celebra el 19 de noviembre.

Pero la pregunta que nos debemos hacer es otra; ¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Mujer? La respuesta es sencilla, si la igualdad de género fuese una realidad esta celebración no tendría sentido. Existen numerosos rincones en el mundo donde las mujeres siguen demandando derechos básicos, como acceder a la educación, a la cultura, al trabajo o a la política. Lugares donde se enfrentan a injusticias sociales solamente por el hecho de ser mujer.

martes, 1 de marzo de 2016

Un museo dentro de una peluquería


Retro, un viaje al pasado...


Empiezo mi pequeña aventura desde la confluencia de las calles, Paseo Dolores Soria, Hospital y Maestra María del Rosario, de Pinto. Donde dicen está el Centro de la Península Ibérica. Un lugar del que según cuenta la leyenda, en tiempos de moros y cristianos los hijos del Islam midieron estas tierras de parte a parte, situando en este punto el “Centro Geográfico de la Península Ibérica”; y en el que justo debajo enterraron un arca con los instrumentos utilizados en sus mediciones.
Y debió de ser verdad, pues la calle que desde este punto conduce hasta la torre de Éboli llevó en su día el nombre de calle del Arca, como así se refleja el plano más antiguo de Pinto, año 1858.




Me decido a subir por la calle del centro, la calle Hospital y después de caminar unos cien metros me topo con ¿un museo? o ¿es una peluquería?

OH MY GOD!! ¿Pero esto qué es, una puerta del Ministerio de Tiempo que me lleva hasta los años sesenta? La atravieso y es como si este lugar me trasladara a la mismísima casa de los Alcántara, bueno, con mucho mejor gusto, según mi opinión. Sillones de escay, con sus tapetes de ganchillo, papel pintado, una mesa vintage que incluye un revistero, una mesita y una lámpara, vinilos, y muñecas de las de antes.