Hola! Café.
Carrot Cake, Red Velvet, Guinness Cake, Cheesecake, Cupcakes, Cookies...Tranquil@s, no os asustéis, no pienso escribir este post en inglés, más que nada porque mi nivel no es muy bueno, así que seguiré escribiendo en la lengua de Cervantes.
Como no quiero desvelar, antes de tiempo, lo que hay detrás de esos dulces nombres empezaré por hacer un pequeño llamamiento al gremio hostelero. Las personas más allegadas a mí saben que soy una adicta al té y me gusta tomar esta deliciosa bebida como se merece, pues como decía Kakuzō Okakura “el té es una obra de arte y necesita de una mano magistral que sepa sacarle de dentro sus cualidades más nobles”. Seguro que más de un amigo y amiga estarán ahora sonriendo y asintiendo con la cabeza, y es que alguna vez me he tenido que revelar contra esa mala costumbre de depositar directamente en un vaso de cristal la bolsa de té. Sacrilege!
No señalo a nadie, pero, ¿no os ha pasado alguna vez que os sirven un té, o un café; más o menos decente, en un vaso serigrafiado con la marca de una cerveza muy conocida, y después os piden dos eurillos por la “delicia”? seguro que sí. Ya sé que soy muy “pijotera” pero creo que si un buen vino debe servirse en una copa de cristal, lo mismo le ocurre al té, y/o al café, mejor servirlo en una taza. Y no digo de utilizar los veinticuatro objetos de menaje del té que el poeta chino Lu Wu describia en su libro “Ch’a Ching” (El libro sagrado del té), pero sí, por lo menos, una tetera y una taza.
Después de esta pequeña protesta; que espero no me toméis mucho en cuenta, seguro que habéis adivinado sobre qué tratará la siguiente historia.
Hace un par de años paseando por Pinto, cuál fue mi sorpresa, me topé con un lugar como salido del cuento de “Alicia en el País de las maravillas”, una cafetería con encanto, un rincón donde poder degustar un buen té, un buen café o un delicioso chocolate; sin prisas, sin ruidos, todo un sueño. ¡Por fin los dioses habían escuchado mis plegarias!. Pues encontrar un espacio así no es nada fácil, la mayoría de los bares y/o cafeterías son algo ruidos@s y, entre la televisión y las máquinas tragaperras, intentar mantener una conservación entre amig@s, a veces, es misión imposible.
Para llegar a este pequeño rincón, siempre partiendo desde el Punto Céntrico de la Península Ibérica, es muy sencillo, solamente tenéis que seguir el mapa, sí, como Dora la Exploradora ¿Me acompañas?
La cafetería nos recibe con un gran saludo, Hola! Café, sólo el nombre ya dice mucho de la familia que hay detrás de este encantador lugar. Ana, Juan y sus hijas, Nerea y Aroa.
Afincados en Pinto desde el 2002, siempre han estado vinculados al mundo de la hostelería. Su primer negocio fue una churrería en Orcasitas, más tarde regentaron dos bares, en Pinto, y un hostal en Ontígola. En 2014, con gran acierto, deciden hacer un cambio en sus vidas y abrir un local que sólo sirviera desayunos y meriendas. La idea de crear una cafetería que cubriera lo que otros bares no ofrecen; buenos tés, buenos chocolates, cafés selectos, tartas caseras, churros, etc. fue de Nerea y de Aroa, “queríamos un lugar con encanto, sin ruidos, sin máquinas, un espacio al que a nosotras nos gustara ir, aunque mis padres no estaban muy convencidos de que eso pudiera funcionar”, me comenta Nerea. Menos mal que al final entraron en razón. Este concepto de cafetería es muy común en Londres, ciudad en la que vive Aroa y de la que importó la idea.
El nombre de la cafetería surgió de casualidad, “en un principio se iba a llamar Garden café, por la cantidad de plantas que nos trajimos del hostal y de casa”, me comenta Nerea. Pensaron también en Speakers' Corner, pues pretendían ofrecer conversaciones en inglés, “a un día de abrir no teníamos muy claro cómo se llamaría, y de repente pensamos en algo simpático, amable, y de fácil pronunciación y ¡voilà! sería “Hola! Café”, dice riendo Nerea.
Decorado en tonos pasteles, el local está lleno de pequeños detalles. Cuadros, espejos; sillas y banquetas de colores, bancos de madera, cojines, plantas, un pequeño aparador y hasta un biombo decorado con mariposas. Y como detalle a destacar, un bebedero en la puerta para nuestros amigos de cuatro patas, pues la familia es una amante de los animales.
La cafetería se ha convertido en lugar de encuentro para diferentes grupos, desde mujeres tejedoras, intercambio de idiomas, baby shower, cumpleaños, etc. El perfil de l@s client@s es muy variado, “tenemos clientes de todas las edades y de ambos sexos, viene gente más joven a merendar y personas de las oficinas de alrededor a desayunar”, comenta Nerea.
Aunque no siempre están de acuerdo, esta familia tiene muy claro que la calidad de los productos es lo primero, por esa razón todo lo que elaboran es casero. Han sabido fusionar lo más British con lo más Spanish. Pues no solamente podemos tomar un buen té, junto con una Carrot Cake, también, un chocolate, un café, unas tostadas con aceite de oliva, o unos churros y/o porras, por cierto, de l@s mejores que he probado. Trabajan en equipo y cada un@ tiene una especialidad, Juan se encarga de los churros y de las porras, Ana de los chocolates, y Nerea, el alma de la cafetería, de las deliciosas tartas caseras.
“Siempre me ha gustado cocinar, pero nunca había hecho repostería, cuando empezamos a pensar en la cafetería, mi madre y yo, fuimos a algunos cursos de decoración de cupcakes, empezamos a hacer tartas en casa; todos los fines de semana invitábamos a mis primos a merendar para que las probaran, y ellos encantados ¡claro!, me dijeron que estaban muy ricas, cada vez empezamos a probar más recetas y a adaptarlas, y desde entonces no hemos parado de hacer tartas”
Aroa, desde la distancia en Londres, envía ideas y es la encargada de traer las maravillosas teteras con las que nos sirven.
Y ya que estoy aquí, ¿por qué no desayunar? Me decido por un té Oolong con melocotón y, como me gusta el mestizaje, lo acompañaré con unos churros recién hechos.
Carrot Cake, Red Velvet, Guinness Cake, Cheesecake, Cupcakes, Cookies...Tranquil@s, no os asustéis, no pienso escribir este post en inglés, más que nada porque mi nivel no es muy bueno, así que seguiré escribiendo en la lengua de Cervantes.
Como no quiero desvelar, antes de tiempo, lo que hay detrás de esos dulces nombres empezaré por hacer un pequeño llamamiento al gremio hostelero. Las personas más allegadas a mí saben que soy una adicta al té y me gusta tomar esta deliciosa bebida como se merece, pues como decía Kakuzō Okakura “el té es una obra de arte y necesita de una mano magistral que sepa sacarle de dentro sus cualidades más nobles”. Seguro que más de un amigo y amiga estarán ahora sonriendo y asintiendo con la cabeza, y es que alguna vez me he tenido que revelar contra esa mala costumbre de depositar directamente en un vaso de cristal la bolsa de té. Sacrilege!
No señalo a nadie, pero, ¿no os ha pasado alguna vez que os sirven un té, o un café; más o menos decente, en un vaso serigrafiado con la marca de una cerveza muy conocida, y después os piden dos eurillos por la “delicia”? seguro que sí. Ya sé que soy muy “pijotera” pero creo que si un buen vino debe servirse en una copa de cristal, lo mismo le ocurre al té, y/o al café, mejor servirlo en una taza. Y no digo de utilizar los veinticuatro objetos de menaje del té que el poeta chino Lu Wu describia en su libro “Ch’a Ching” (El libro sagrado del té), pero sí, por lo menos, una tetera y una taza.
Después de esta pequeña protesta; que espero no me toméis mucho en cuenta, seguro que habéis adivinado sobre qué tratará la siguiente historia.
Hace un par de años paseando por Pinto, cuál fue mi sorpresa, me topé con un lugar como salido del cuento de “Alicia en el País de las maravillas”, una cafetería con encanto, un rincón donde poder degustar un buen té, un buen café o un delicioso chocolate; sin prisas, sin ruidos, todo un sueño. ¡Por fin los dioses habían escuchado mis plegarias!. Pues encontrar un espacio así no es nada fácil, la mayoría de los bares y/o cafeterías son algo ruidos@s y, entre la televisión y las máquinas tragaperras, intentar mantener una conservación entre amig@s, a veces, es misión imposible.
Para llegar a este pequeño rincón, siempre partiendo desde el Punto Céntrico de la Península Ibérica, es muy sencillo, solamente tenéis que seguir el mapa, sí, como Dora la Exploradora ¿Me acompañas?
La cafetería nos recibe con un gran saludo, Hola! Café, sólo el nombre ya dice mucho de la familia que hay detrás de este encantador lugar. Ana, Juan y sus hijas, Nerea y Aroa.
Afincados en Pinto desde el 2002, siempre han estado vinculados al mundo de la hostelería. Su primer negocio fue una churrería en Orcasitas, más tarde regentaron dos bares, en Pinto, y un hostal en Ontígola. En 2014, con gran acierto, deciden hacer un cambio en sus vidas y abrir un local que sólo sirviera desayunos y meriendas. La idea de crear una cafetería que cubriera lo que otros bares no ofrecen; buenos tés, buenos chocolates, cafés selectos, tartas caseras, churros, etc. fue de Nerea y de Aroa, “queríamos un lugar con encanto, sin ruidos, sin máquinas, un espacio al que a nosotras nos gustara ir, aunque mis padres no estaban muy convencidos de que eso pudiera funcionar”, me comenta Nerea. Menos mal que al final entraron en razón. Este concepto de cafetería es muy común en Londres, ciudad en la que vive Aroa y de la que importó la idea.
El nombre de la cafetería surgió de casualidad, “en un principio se iba a llamar Garden café, por la cantidad de plantas que nos trajimos del hostal y de casa”, me comenta Nerea. Pensaron también en Speakers' Corner, pues pretendían ofrecer conversaciones en inglés, “a un día de abrir no teníamos muy claro cómo se llamaría, y de repente pensamos en algo simpático, amable, y de fácil pronunciación y ¡voilà! sería “Hola! Café”, dice riendo Nerea.
Decorado en tonos pasteles, el local está lleno de pequeños detalles. Cuadros, espejos; sillas y banquetas de colores, bancos de madera, cojines, plantas, un pequeño aparador y hasta un biombo decorado con mariposas. Y como detalle a destacar, un bebedero en la puerta para nuestros amigos de cuatro patas, pues la familia es una amante de los animales.
La cafetería se ha convertido en lugar de encuentro para diferentes grupos, desde mujeres tejedoras, intercambio de idiomas, baby shower, cumpleaños, etc. El perfil de l@s client@s es muy variado, “tenemos clientes de todas las edades y de ambos sexos, viene gente más joven a merendar y personas de las oficinas de alrededor a desayunar”, comenta Nerea.
“Siempre me ha gustado cocinar, pero nunca había hecho repostería, cuando empezamos a pensar en la cafetería, mi madre y yo, fuimos a algunos cursos de decoración de cupcakes, empezamos a hacer tartas en casa; todos los fines de semana invitábamos a mis primos a merendar para que las probaran, y ellos encantados ¡claro!, me dijeron que estaban muy ricas, cada vez empezamos a probar más recetas y a adaptarlas, y desde entonces no hemos parado de hacer tartas”
Aroa, desde la distancia en Londres, envía ideas y es la encargada de traer las maravillosas teteras con las que nos sirven.
Y ya que estoy aquí, ¿por qué no desayunar? Me decido por un té Oolong con melocotón y, como me gusta el mestizaje, lo acompañaré con unos churros recién hechos.
Mientras Juan me prepara los churros me cuenta que el secreto está en la masa, "al elaborarla, la textura tiene que ser la adecuada para que no absorban aceite, cuando la textura no es la adecuada absorben mucho aceite y de ahí la mala fama de que los churros engordan" ¿Gustáis?
Evalúan estos dos años de forma muy positiva, y no es de extrañar, sólo hay que ver los comentarios que en TripAdvisor les dedican algun@s client@s. Pero no se conforman y quieren seguir innovando y ofreciendo novedades, se han embarcado en un nuevo proyecto que les está yendo muy bien; los desayunos a domicilio, con gran variedad para elegir, Mediterráneo, Desayuno Hola, Sweet Lovers, Aniversario, Cumpleaños ¿A quién no le gusta que le lleven el desayuno a la cama?
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo una muestra de las delicias que os podréis encontrar en este pequeño rincón, con encanto, de Pinto.
¿A qué se os ha abierto el apetito?
¡Sin duda la cafetería más cuqui de Pinto!
Evalúan estos dos años de forma muy positiva, y no es de extrañar, sólo hay que ver los comentarios que en TripAdvisor les dedican algun@s client@s. Pero no se conforman y quieren seguir innovando y ofreciendo novedades, se han embarcado en un nuevo proyecto que les está yendo muy bien; los desayunos a domicilio, con gran variedad para elegir, Mediterráneo, Desayuno Hola, Sweet Lovers, Aniversario, Cumpleaños ¿A quién no le gusta que le lleven el desayuno a la cama?
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí os dejo una muestra de las delicias que os podréis encontrar en este pequeño rincón, con encanto, de Pinto.
¿A qué se os ha abierto el apetito?
¡Sin duda la cafetería más cuqui de Pinto!
Muchas gracias Ana, Juan y Nerea por abrirme vuestra casa, y por compartir conmigo vuestra historia. Sé que Aroa leerá este post, así que le mando un fuerte abrazo.
¡Felicidades! por el II aniversario de Hola! Café.
Que bueno parece todo. Una vez más me encanta tu post, sigue escribiendo así y con la misma frescura. Ahora a esperar el próximo.
ResponderEliminarGracias!!! de momento Siente Pinto se tomará unas vacaciones, pero ya estoy buscando lugares especiales para compartir con tod@s.
EliminarBesos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarParece un sitio encantador. Me paso una de estas tardes. Gracias Cris
ResponderEliminarJavier seguro que te gustará!! prueba una de las tartas que hacen, te van a encantar.
EliminarUn abrazo!
Parece un sitio encantador. Me paso una de estas tardes. Gracias Cris
ResponderEliminarUmmmh, tendré que ir a probar las porras!!!
ResponderEliminarCuando quieras te invito, son mejores que las del brillante!!
EliminarBesos.
Cuando quieras quedamos y nos tomamos un té y un rato de charla.
ResponderEliminarEso está hecho Carmen!!! Cuando quieras quedamos para ese té.
EliminarMuchas gracias por leer el post.
Besos
Cuando quieras quedamos y nos tomamos un té y un rato de charla.
ResponderEliminarEste sitio realmente tiene muy buena pinta!! Ya estoy buscando un hueco para ir!! Muchas gracias por tu blog, para loa que llevamos poquito en Pinto y nos gusta descubrir lugares nos viene fenomenal!
ResponderEliminarGracias V Vega!! me alegro que te sirvan mis historias para conocer nuevos lugares de Pinto, que para mi son curiosos o tienen algún valor añadido.
EliminarSeguiré buscándolos.
Un abrazo!
Así es, parada obligada en Pinto si quieres un buen café con algo de dulce.
ResponderEliminarGracias!! desde luego merece la pena probar la tarta de la abuela.
EliminarUn beso!!